La primera vez que entre en un alfar, el olor a barro humedo, la plasticidad del material y la magia del alfarero creando una vasija... en aquel momento tuve la sensación de que la cerámica formaría parte de mi vida.
La primera vez que entre en un alfar, el olor a barro humedo, la plasticidad del material y la magia del alfarero creando una vasija... en aquel momento tuve la sensación de que la cerámica formaría parte de mi vida.